Muy buenas tardes un lunes más. No te voy a engañar, escribir el envío de esta semana me ha costado algo más de lo normal. Esta última semana hemos ampliado el horario de oficina y para colmo hemos activado la comercialización de cara a 2021, así que me ha tocado acumular kilómetros para visitar a clientes y he acabado realmente cansado.
Por suerte, es domingo por la tarde (a ti te llegará el lunes a las 15:55) y ya con las fuerzas renovadas me he podido sentar con el portátil a plasmar el conocimiento que te tenía reservado para este correo.
No pierdo más el tiempo y me meto de lleno con el tema de hoy, que en el feedback que me distéis la semana pasada me dejasteis claro que me enrollo como las persianas y que un formato algo más directo y breve lo agradeceríais.
LAS MARCAS Y LOS NOMBRES
Hace unos meses me remitieron el contacto de un antiguo becario de una de las agencias. Iba a emprender (me encanta ser parte activa en la motivación de la gente con la que interactúo para emprender) junto a un par de compañeros y se iban a lanzar con su propia editorial. Lo tenían todo muy avanzado ya, su nombre, la primera obra que iban a editar y publicar…
Bien, pues la víspera de lanzar esa primera edición y a pesar de que el nombre que habían elegido no era nada común, les llegó una reclamación de derechos sobre la marca. Imagina que te pasa algo parecido. Pones todo tu esfuerzo, ahorros, ilusión y demás en un proyecto y justo cuando estás a punto de verlo hecho realidad: ¡Zas!
No habían ni consultado ni registrado la marca, así que no les quedó otra opción que buscarse otro nombre, retrasar todo, afrontar las pérdidas, y eso sí, tramitar todo bien esta vez.
Primer consejo de este envío relacionado con el nombre que pones a tus mierdas: Registra tu marca.
EL ARTE DEL NAMING
Buscar un nombre para eso que has creado es un proceso “extraño”. No voy a etiquetarlo de complejo ya que a mi personalmente no me resulta de esa manera. Pero sí te diré que mantengo una relación de amor-odio con ese momento en el que sabes que te toca elegir un nombre para tu creación.
Hay personas que son realmente nefastas eligiendo nombres. Peor aun son aquellas personas que eligen nombre pésimos y que sin embargo creen que tienen algo especial. Pero hay otras personas que tienen un don para ello. Si tienes una persona así en tu equipo, aprovéchate de su talento, vale oro.
En mi caso, puedo decir que tengo facilidad para encontrar nombres pero que no disfruto del proceso de ideación. ¿Cómo solemos hacer naming?
Los glosarios suelen ayudar. Coges un glosario de un sector y con una gran pizarra blanca vas apuntando aquellos nombres que tienen una relación estrecha con tu "criatura”. A partir de ahí, combinas, acortas, traduces… haces de todo. Por ejemplo, a mi me gusta mucho jugar con las extensiones de dominio, pero bueno, esto se debe a que la mayoría de las cosas que creo son digitales.
Importante: este proceso hazlo en equipo para que pueda haber opiniones discordantes. Tras escoger varias opciones ponlas en común con más gente que no haya participado en el proceso y estudia sus reacciones. No te olvides de investigar si ya existen otros proyectos con el mismo nombre, si son del mismo sector, incluso si tienen registrada la marca.
LOS NOMBRES AYUDAN A VENDER
Justamente a esta parte del mail es a la que quería llegar ya que creo que es la que más valor puede aportarte.
Muchas de las personas que estáis suscritas a Break Even sois solopreneurs (autónomos, freelance…como quieras llamarlo). Cada persona desarrolla un sistema de trabajo cuando lleva a cabo su labor. Y en el diseño de ese sistema de trabajo utiliza diversas herramientas metodológicas para poder ir obteniendo conclusiones que le ayuden a valorar los resultados que va obteniendo con sus acciones. Bien, pues a ese sistema de trabajo se le debería poner nombre.
Por otra parte, y recordando ahora lo que te contaba en el correo anterior acerca de los servicios de alto y bajo riesgo percibido… a esos servicios que ofreces, también se les debería poner nombre. A esto se le llama Productivizar, pero bueno, ahí ya entraremos en algún correo posterior que tiene mucha miga el asunto y no se trata solo de poner nombres.
¿Recuerdas el capítulo de los Simpson en el que Homer creaba una empresa de internet? La llamaba Hipercompumegaglobanet. Luego llegaba Bill Gates y la “compraba” a su manera.
Bien, pues tanto los servicios que ofreces como tus sistemas de trabajo, tus metodologías deberían tener nombres propios. Créeme, así serán mucho más vendibles.
Te pongo un ejemplo concreto. Hace unas semanas un buen amigo me consultó acerca de una idea que le rondaba la cabeza. Él es un auténtico crack en su sector, la logística y el transporte. Tenemos un amigo en común que el año pasado montó un ecommerce y ha conseguido que le vaya realmente bien. Con el crecimiento del proyecto comenzó a tener problemas relacionados con la logística y el transporte del producto así que acudió a Carlos (¿pensabas que iba a mantenerlo en el anonimato?). Le ayudó y como resultado este 2020 se va a ahorrar 40mil eurazos en costes relacionados. Total, que la experiencia le gustó de tal manera a Carlos que se había pensado el lanzarse como Consultor y para eso me pedía consejo y ayuda.
Como es un tío con una marca personal reconocible y con mucho tirón en LinkedIn decidimos que tenía que apostar por la marca personal. Nos hicimos con Carloszubialde.com y diseñamos una landing page para ofrecer sus servicios.
Y aquí es dónde está la relación con el tema de hoy. Los clientes potenciales de Carlos son las Tiendas Online, pero este público objetivo puede encontrarse en diferentes fases, así que para cada caso hubo que diseñar un programa de consultoría específico.
¿Qué tuvimos que hacer para cada programa? Bautizarlos con un nombre propio.
Si te has molestado en hacer click en el enlace de su web y echar un vistazo verás que el diseño está relacionado con el mundo del ciclismo, una de las pasiones de Carlos. Para sus diferentes programas de consultoría decidimos apostar por nombre de puertos míticos del Tour de Francia.
Aunque en la web no se hace hincapié en su metodología a la hora de hacer consultoría te puedo asegurar que ésta también ha sido bautizada con un buen nombre.
Y hasta aquí la newsletter de hoy. Si te ha gustado ya sabes, recomiéndala para que cada vez seamos más personas en #BreakEven y si tienes cualquier consulta no dudes en contactarme por Twitter, estaré encantado de hablar contigo ;)