El mito del MVP: cuando menos no es más
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Hola, soy @xabier_iglesias , Emprendedor en Serie.
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Qué fácil parece todo ahora con la IA Generativa. Piensas una idea, la debates con un LLM, generas un POC con un Agente IA, lo elevas a MVP, lo lanzas al mercado, te forras, vendes tu estilo de vida, te sigues forrando.
¿Te parece humo todo esto? No estás preparado para ser MASIVO.
Hoy hablamos de Producto Mínimo Viable.
Espacio patrocinado por un bot (:
De Marbella a Berlín: una crónica de azares, encuentros y señales.
"A veces los viajes no se cuentan por los kilómetros que recorres, sino por las vidas que se cruzan en el camino.
El pasado 7 de mayo, era una mañana cualquiera en el aeropuerto de Málaga. El bullicio clásico de las despedidas, las colas de facturación, los anuncios constantes por megafonía. Y en medio de todo, un hombre mayor con el rostro lleno de dudas. Estaba con su mujer, preguntando con ansiedad si debía facturar, por qué puerta debía embarcar, si le iban a dejar subir al avión.
Decidí ayudarle.
…"
LA OBSESIÓN POR EL MÍNIMO VIABLE
En los últimos años, el MVP (Minimum Viable Product) se ha convertido en una especie de mantra sagrado en el emprendimiento digital. La idea es seductora: hacer lo mínimo para validar una idea rápidamente y con poco riesgo.
Pero a menudo esta obsesión con la simplicidad nos lleva a lanzar al mercado productos que están lejos de ser representativos de nuestra visión original. Y aquí surge la gran pregunta: ¿realmente menos siempre es más?
¿QUÉ ESTAMOS VALIDANDO EXACTAMENTE?
Conversando con colegas y emprendedores, noto una inquietud común: "¿Es este MVP suficientemente bueno o estoy dañando mi marca al lanzar algo mediocre?"
Esta duda es legítima. Al lanzar un MVP demasiado básico corremos el riesgo de validar negativamente no la idea, sino nuestra capacidad para ejecutarla. La percepción inicial del usuario es crítica, y muchas veces no da segundas oportunidades.
EL COSTE OCULTO DEL MVP
Un producto demasiado básico puede confundir al mercado, generar frustración en usuarios iniciales e incluso desmotivar al propio equipo emprendedor. A veces, la necesidad de validar rápido nos lleva a olvidar que lo que validamos debe tener coherencia con el valor real que queremos entregar.
Lanzar algo rápido no debería significar sacrificar completamente la calidad ni la visión estratégica. Encontrar ese equilibrio es más un arte que una ciencia exacta.
REFLEXIONANDO SOBRE LA CALIDAD MÍNIMA
La invitación hoy es a cuestionar el dogma del MVP. No se trata de abandonarlo, sino de redefinir lo que significa "viable" para ti y tu negocio.
Antes de tu próximo lanzamiento, detente a pensar: ¿es este producto realmente representativo del valor que quiero aportar? Quizá, en ciertos casos, menos no sea suficiente.
Gracias por leer #BreakEven .
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